"...o sea que hemos tenido que hacer unos ajustes en el recorrido del sábado porque se ha de proteger el entorno del àguila cuabarrada y no dejaban pasar la carrera por algunas zonas. eso hará que salga más de distancia al final..." algo así contaba Marc en el briefing mientras yo, algo distraido, intentaba desbloquear el frontal para que me diera luz bien buena unos 20 minutos después, en la salida de la prueba nocturna.
y cuántas veces retumbo en mi cabeza esta frase el sábado. cuántas veces pensé ¿cuántos kms serán unos ajustes? "unos ajustes no es una distancia", pensaba mientras sonreía recordando un instante memorable de thebucleteam hacía unas semanas...pero esto fue el sábado.
antes, la noche del viernes, con una gran luna que jugaba a esconderse y asomarse tras sombras gigantes, disfruté como un niño persiguiendo la luz de mi frontal durante unos 19kms, atrapándola en las subidas y viéndola alejarse en las bajadas. territorio desconocido, poco amable para los pies pero con una temperatura ideal para correr bastante rato. fueron casi dos horas para acabar llegando a pie de playa con ganas de más pero con prisa para ir a cenar algo e intentar dormir.
desayunando a las 6:00 del sábado no tenía la sensación de haber pasado por la cama pero oliendo a café mezclado con trazas de reflex y saludando a amigos vamos tirando para la salida. ya alguno se queja de que se había pasado apretando la noche anterior. pocas horas después, el día nos demostraría que el águila cuabarrada, hieraaetus fasciatus, nos haría a todos tener esa sensación. a arriesgados y a conservadores. porque el recorrido de la etapa larga de ut llastres es una preciosa cabronada que no dejó indiferente a ninguno. yo no sé si es el recorrido más duro que he hecho, no sé si han sido las crestas más técnicas, la carrera con más cadenas, con peor terreno, con más calor....solo sé que ya en la primera subida el valor principal para ese día frente a la sierra del Mestral iba a ser la humildad . pronto me di cuenta que yo mismo era el enemigo a vencer, que las prisas nunca son buenas para nada pero hoy menos que nunca. y ya en el km 18, con los primeros calambres hice buena la frase de Marc y empecé yo con "unos ajustes" en mi ritmo. con otros tres corredores nos ibamos alternando. siempre a la vista pero cambiados en el orden con la agilidad que un trilero mueve los cubiletes para esconder la bolita. yo no vi ni un águila de esas. yo solo veía pasar metros a ritmo de kilómetros. tan pronto veía mar como veía montaña. pero ni un águila. pero la frase se convirtió en un mantra. y maridando ratos muy buenos con tramos donde flirteaba con dejarlo, llegué a Masriudoms (km 30 aprox). un poco de arroz, algo dulce, beber bien...y una silla !! sigamos...
...y seguimos con lo que nos queda y los ajustes. ya pensando en el domingo pero consciente que antes se ha de acabar hoy. el trozo del río es un largo horno y salir de ahí se agradece. coger altura refresca y el cuerpo se vuelve a alegrar, aunque en algún collado donde das el oso por cazado hayas de girar y seguir hacia arriba. y así un par de veces. tres. la vuelta a Vandellós. ese rodeo mortal (hasta me atrevería a decir injusto) que nos deja entrando en el pabellón del pueblo casi 10h después con 4.000+ y un ajuste de unos 5kms que sumar a los 52kms originales.
haced números.
me siento en donde puedo, sin habla. pau pregunta y se me quiebra la voz. una y varias veces. "mañana no salgo" es lo que intento decir. me descalzo. no me reconozco tan reventado. tan contento. tan descolocado por el recorrido. que asco más rico dicen en mi pueblo...
y por la noche en la cama me reafirmo en lo que comentamos 30 min. antes cenando: pongo el despertador y mañana decido si salgo o no. y se que si me estoy planteando esto, saldré seguro. me duermo antes de las 22:00 fundido, deshecho, con la sensación que debe tener un puzzle de mil piezas dentro de su caja. y al despertar, el puzzle estaba hecho :-)
o sea que el domingo salimos a disfrutar. cansado como no puede ser de otra forma pero con la noticia de una pequeña rebaja: 25km y 1350+ para llegar al vermut. y tras un susto en el km 4 donde tropiezo y caigo mal veo que solo son golpes, algo de sangre en la rodilla pero con todo en su sitio. toca retomar ritmo, subirse al autobús que pase e ir tirando. y tirando subimos. y tirando bajamos. hasta tres veces. con fuerzas para trotar al final y, llegar a meta, custodiado a la perfección por José y Albert (primer equipo). y poco a poco, alrededor del barril de cerveza, nos vamos juntando todos tras tres días de convivencia y montaña para contar batallas. que gran locura de fin de semana !
viva la sierra del Mestral y el águila cuabarrada, coñoooo !!!
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