domingo, 19 de mayo de 2013

Quiero

Quiero llevarte a sitios donde nunca antes has estado.
Quiero que sitios donde has estado te parezcan distintos conmigo.
Quiero hacerte sentir cosas nuevas con viejos recursos.
Quiero que envejezcas conociendo cosas nuevas.
Quiero que llores de alegría
Quiero te alegres de llorar.
Quiero que vueles a ras de suelo
Quiero que camines entre las nubes
Quiero que levantarse pronto no cueste
Quiero que acostarse tarde sea un placer
Quiero echarte de menos cuando no estes...y cuando estes
Quiero que no pienses en mi cuándo pensar sea un esfuerzo
Quiero que solo me olvides cuando ya no recuerdes
Quiero tantas cosas...
...que más fácil sería no querer(se).

jueves, 16 de mayo de 2013

Hace 15 añitos

No soy un defensor de mirar atrás para recrearnos en lo que hemos hecho, lo que hemos sido o lo que hemos vivido. Solo sirve, aunque sea todo precioso, como lastre del motor que ha de tirar adelante. SIn embargo, si soy un firme convencido de no olvidar de donde venimos. Nunca. En todos los aspectos de la vida, no solo deportivamente. Los que somos de pueblo, somos de pueblo. Por muchos años que pasemos en la ciudad. El que ha crecido siendo luchador morirá dándolo todo. Y el que respeta desde pequeño acaba haciéndose respetar con las canas. Y el que nace lechón muere cochino. Eso es así :-)
A parte de esto considero que otro aspecto importante para no olvidar de donde venimos es poder valorar la evolución. Casí pasando de puntillas por ella. Sin analizar detalles. Solo para ver que todo cambia, todo pasa, nada es igual -a veces ni parecido- aunque en el devenir del día a día nos parezca vivir en el día de la marmota. Horrible sensación que se combate haciendo cosas distintas cada cierto tiempo. Si se puede...
Con esta excusa y para saciar esa sensación nostálgica (y necesaria en este momento de mi vida) de un día lluvioso, he regresado unos años atrás. Como unos 15 calculo. He "viajado" a una época en la que el jabalí aún era lagartija. Sin colmillos que afilar y casí sin barbas que afeitar. En aquel momento las prioridades eran otras (da igual si mejores o peores), el entorno distinto (no importa si más bonito o más feo) y, lo más importante, yo era otro. Pero la esencia, el núcleo, el corazón del tío se ha curtido y ha crecido manteniendo lo básico y puliendo -o despuliendo- aspectos. Todo para llegar a ser lo que soy ahora. Base de lo que seré más adelante. Creo...
Viendo estas dos fotos puedo concluir que se de donde vengo, que no estoy donde estaba -ni seguramente donde querría estar-, que necesito de amig@s y que unas arrugas o unas cicatrices más no deberían nunca de desdibujar una sonrisa espontánea. Sobre todo cuándo nos sentimos vivos haciendo lo que nos gusta y compartiendo con quien nos apetece eso que, dicho suena tan general pero que está tan lleno de detalles que es la vida.

sábado, 11 de mayo de 2013

Montaña Mágica, Pensamientos jaBanlinescos.

Levantarse pronto es distinto de madrugar. Lo primero lo he asociado siempre a hacer algo que me produzca placer. Lo segundo a tareas que no lo hacen tanto (trabajar la mayoría de las veces). Sabía que hoy, sin tener que poner despertador, amanecería con el día y ya tenía en capilla la vuelta que quería hacer -y que he hecho- por Montserrat. Es la hermana mediana entre la Maratón Pirata Koala y las cronoescaladas, también made in Koalas, a la Antena  y mi Montserrat Express (subida de Monistrol a Sant Jeroni).
He aprovechado la soledad de un entreno largo para hacer una análisis-paja mental, con poco rigor científico y algo de humor, entre algunas diferencias que encuentro entre esta actividad montañera -que no es realmente correr- y la de montar en bici de carretera. Tan cercano tengo aún lo de Mallorca que no podía ser de otra forma. Voy con la brocha...
- A nivel de soledad: me gusta mucho más la sensación de soledad que me proporciona la montaña. Y no es porque haya menos gente o porque sea más "salvaje". Rodar en bici incluye un trasto más -la propia bici- que rompe la comunión con el medio. En bici no tocas la carretera, lo hacen las ruedas. No conectas con el lugar por el que te desplazas directamente. Y además, que coño, la bici no deja de ser una compañía. Trotar solo por la montaña es la máxima expresión de soledad buscada que he encontrado. Lo que más me llena. De lo poco que me hace sentirme dueño de ese momento.
- A nivel de los tobillos: creo que nadie puede tener esguinces dando pedales, ¿verdad? Los pedales son unos cabrones, ablandan los tobillos. Hoy he comenzado trotando sobre un firme que antes era "amigo" y hoy era más agresivo que nunca con mis pies. Pero bueno, a capar se aprender cortando huevos y después de un par de horas con algún 'paso de baile' comprometido he recuperado ese gesto de autoprotección que...no siempre funciona. Sentir como tocas suelo con el tobillo es, cuando menos, algo que acojona.
- Subidas y bajadas: en bici subes un puerto. Te cagas en todo. Aprietas. Llegas arriba y, si quieres te dejas caer. Paras de dar pedales. Sacas pies de las calas y sueltas las piernas. Bebes agua. Recuperas.
Aquí, en la montaña, subes a muerte, llegas a arriba reventado y con la vista nublada. Cambias y...como duele bajar. Como queman al cambiar de músculos. Ehhhh, apunta bien que si fallan los cuadriceps la hostia no te la quita nadie. N A D I E !! Y la vista nublada que tarde en irse.
Hay más cosas analizadas pero creo que por hoy vale.
Solo añadiré que después de 3h por la Montaña Mágica solo me  faltaba que se me cayera la llave del coche en una rejilla de desagüe junto al polideportivo de Monistrol. Pero nada que no pueda solucionar un palo largo y un poco de cinta americana ;-) Buen fin de semana !

jueves, 9 de mayo de 2013

Batallitas de jaBanli

Erase una vez, cuando apenas me despuntaban los colmillos, en La Barranca (Madrid) quedaron unos cuantos 'mataos' para entrenar y...me invitaron. Era una tarde con una luz increible pero con frío. Frío antes empezar, claro, porque entramos en calor con los primeros repechos y sudamos con las cuestas de después. Subida a la Bola del Mundo por el camino del tubo. Salida en cuchipanda y al grito de ya, cada palo que aguante su vela. Reagrupamiento arriba y bajada al trote comentando la jugada. Yo ya sabía que iba 'a pillar' por el nivel de los compañeros pero jamás pedí misericordia...y jamás me la ofrecieron; solo pedí que, llegado el momento, no me dejaran perdido por el bosque.
Es acojonante correr asfixiado junto a alguien que trota dando charleta y riendo. Es impresionante la facilidad con la que te pueden soltar de rueda algunos cuándo quieren, o lo que es peor, sin querer. Es muy sano ver como al campeón de mi barrio -yo- solo le queda la opción a la última posición cuando pasa al barrio de al lado. Es una lección a aprender ver que no eres más que alguien que corre más o menos en función de con quien lo hagas. Es un motivo de ilusión ver toooodo lo que te queda por mejorar. Es un chute de adrenalina que te griten desde arriba cuándo te arrastras pero solo quedas tú por llegar. Es genial tener amigos con quien compartir estos momentos. En aquel momento fueron ellos, ahora son otros. Que no falte nadie con quien entrenar cuándo no quiera hacerlo solo. Siempre aprendiendo...

Yo, Antonio Alix, Pedro J. Gracia, Fabián Roncero y Pablo Vega

domingo, 5 de mayo de 2013

Un hotel con muchas estrellas

Llevaban media hora sin cruzar ni un palabra. Cada uno dentro de su saco de dormir, "aparcados en batería", junto a aquella roca enorme al borde del camino. Mirando a un cielo cuajado de estrellas de todos los tamaños y de todas las intensidades de brillo. Los ojitos ya empezaban a cerrarse. Era ese momento dulce en el que se alarga el tiempo de cierre y se acorta el de apertura en cada parpadeo. Avanzando hacia la paz de un sueño recuperador después de un día bien aprovechado. Pero deberían de ir desacompasados porque:
- ¿La haaaas visto? ¿La haaaas visto?, grito ella moviéndose dentro del saco
- No. ¿Qué ha pasado?, casi se quejo él
- Tío, una estrella fugaz. Preciosa. Y ha durado varios segundos. Nunca había visto una.
- ¿Y has pedido un deseo?
- Si !! No !! No me acuerdo... Que pasada. Ha cruzado desde allí hasta allí.
Mientras decía esto sacaba la mano de dentro del saco y trazaba un arco imaginario con el índice señalando al cielo. Y lo dejó apuntando al cielo, como metiendo el dedo en el agujero por el que se había ido la estrella fugaz, hasta que el cansancio le hizo bajarlo.
- Joder, me la he perdido. A ver quien se duerme ahora sin ver una.
- Yo no, desde luego. Seguro que hay alguna más.
Y volvió a meter el brazo dentro del saco.
La noche era fresca, no fría. Esa agradable sensación de estar calentito dentro del saco pero con la carita a la intemperie es uno de los grandes tesoros de una noche de vivac. Retomaron una conversación que habían dejado a medias en el bar, cuándo el camarero les trajo las dos cervezas y los bocatas que habían pedido. Y él, sin piedad, comenzó otra vez a explicarle, desde el principio, la primera vez que había ido allí con unos amigos escaladores. Con pelos y señales. Y cuándo acabo, oyó al lado una respiración profunda y relajada. No quiso preguntar. Se hizo el silencio.
Y si pasó alguna estrella fugaz más esa noche no lo sabremos pero ellos, y esto es seguro, no la vieron.

jueves, 2 de mayo de 2013

Una reflexión...corta

Es bonito disfrutar de la vista que hay desde un pico, desde punto elevado. Es gratificante, después del esfuerzo, sentarse en una roca alta y jugar a adivinar los nombres de los pueblos que se ven o adonde llevan los caminos dibujados en el horizonte o en que charcos del río que corre por el valle nos podríamos bañar. Un bocata y una cerveza apoyado en el que hito que corona una cima es, sin duda, el manjar más rico del mundo. El abrazo con tus compañeros de cordada, después de pasar una cresta y hacer cumbre, une más que cualquier contrato firmado ante un notario. Eso todos lo tenemos claro !
Pero también hemos de aprender a disfrutar de la oscuridad en la profundidad del valle repleto de arboles, del encajonamiento 'momentaneo' que supone una canal angosta y revirada, de la tartera de piedras insufrible que nos espera al remontar un riachuelo que nos moja los píes. Tenemos que ser capaces de alegrarnos de ese meandro que nos corta el camino y nos hace dar un rodeo no esperado, ser capaces de disfrutar de perdernos y tener que volver atrás. Hemos de sacarle partido a sentirnos cansados, a vernos frágiles, a no ganar siempre que se lucha (no ganar no tiene porque ser perder).
Porque no habría cimas sin valles, ni ríos sin neveros, ni cansancio sin esfuerzo, ni crestas sin pedregales, ni satisfación sin lucha. No. No habría.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Yo estuve en Mallorca312 (alegrías y miserias y III)

Pensar en dónde y como estarían mis comparñeros me distrajo. Les imaginé trazando curvas en bajada con el tandem. A Rubén maldiciendo a Raül por haberle liado. Visualizaba la situación y me reía.
Y cómo, en mi forma de ver las cosas, no había otra opción posible... empuje los pedales hasta abandonar la civilización "semaforizada" sabiendo, y mentalizándome, que se acercaba la zona de rodadores. La lluvia volvió a ser noticia pero porque nos dió otra pequeña tregua. Pequeña pero que 'gracias' al puto viento que hacía de cara, sirviera para tener sensación extraña de estar casi seco. Yo rodaba solo. Era lo que me apetecía. Era lo que quería. Era lo que debía (a mi entender) hasta recuperar la compostura. Largas rectas picando ligeramente hacia arriba que hacían las delicias de grupos enciscados jugando a darse relevos. Unas cuántas veces sentí a la oreja izquierda una voz que decía "Last one. Come on". "No thanks", sonrisita y yo a lo mío. Con mis platanos, mis bracitos de gitano y haciendo balance de como estaba recuperé cierta elegancia en el pedaleo y superé el km200 con relativo buen estado general. Pero no estaba todo superado y yo lo sabía. Había que intentar acercar al km312 lo más posible los malos ratos por venir. En el km225 se produjo ese momento tan horrible que yo solo se solucionar de una manera. Ese momento en el que cabeza y piernas deciden ir por distintos caminos. Unas veces la cabeza dice "tira" y las piernas no responden. Otras veces las piernas estan frescas pero la cabeza responde "no quiero". La solución que yo aplico es fácil y me funciona: si estoy corriendo bajo mucho el ritmo e incluso ando. Ando hasta que ambas partes se ponen de acuerdo y vuelvo a trotar y acabo corriendo. Si es en bici solo se parar. Del todo. Y esperar.
Esta vez pasó lo primero. La cabeza quería pero las piernas se negaban. Pedían piñones más grandes y velocidades más pequeñas. No, no se puede rodar en plano, por mucho aire en contra que haga y con lluvia a menos de 15 km/h. Opto por poner píe en tierra y, bajo la lluvia, apoyar la bici en la cuneta y sentarme con la espalda sobre una señal. La frente apoyada en las rodillas, las finas gotas de agua golpeando en el cuello y las lágrimas. Otra vez lágrimas. ¿Impotencia?¿Rabia? Yo que se. Estas piernas no quieren, no pueden, llevarme más adelante, hasta la meta. Pasan algunos grupos y algún par o tres de ciclistas. No les doy ni opción a preguntar. Les hago el gesto de OK con la mano, antes de que lleguen a mi altura, para que no paren . No quiero.
Cierro los ojos para que no me entre agua, ahora con la nuca apoyada en el palo de la señal. Un par de dragoncitos rojos vuelan en la oscuridad de unos párpados cerrados. Abro los ojos poco a poco y desaparecen. Como un platano más. Me pongo de pies. Me acerco a la bici y jugueteo con la maneta de freno doblada en la caida. "Si no se ha roto es porque tienes que terminar", pienso. Paso la mano por el sillín, luego me golpeo los cuadriceps y grito. Fuerte. Otra vez. Arranco de nuevo.
Poco a poco voy tirando. Esta vez con la idea de meterme en un grupo y dejarme llevar. Pero parece que ahora son los grupos los que no me quieren a mi. Caigo de uno a otro y penando llego al repecho de Portocristo. En la vida se me olvidará. Creo que ni a mi, ni a nadie ! De aquí a meta 68kms y un último avituallamiento a 26 de meta: Artás.


Ya desde que salí de Portocristo la cosa empezó a coger otro color y empecé a verme capaz de todo. Volví a quedarme solo mucho rato pero no me importaba. No me preguntéis que pasó. ¿Me lo creí? ¿Me relajé? Los últimos 6kms antes de Artás por una carretera comarcal en obras fueron eternos, pero en armonía. Vale, estas casí vacío, lo asumes y adaptas ritmo. Pacto tácito entre las partes.
Y del avituallamiento de Artás que puedo decir. Llegué hecho un zarrio y sali campeón del mundo (foto). La música y los gritos se oían desde la entrada del pueblo. Allí estaba Rubén que se había caido en el km70 y, mientras yo daba la vuelta a Mallorca, había pasado por ambulancia, hospital, ducha y había llegado aquí. Paré. Un buen rato. Hicimos bromas con los voluntarios que se empeñaban en convencerme que lo que quedaba era nada. Tres repechos y listo. Les dije que no volvería a comer brazos de gitano en mi vida y que nos veiamos a la noche en la fiesta de premios. Subí a la bici y, campeón del mundo, salí camino de meta. A saco. Así es como llovía. Pero ya daba todo igual. 26kms, tres repechos, unas cuantas rotondas, un par de grupos más que pasan silbando y me dejan. Da igual. Ya lo tengo. Hablo en voz baja con gente que tengo en mente, como si les llamara por teléfono. Les cuento a todos lo mismo. Qué ya estoy casi. Que ha sido duro pero menos que yo. Que hay que entrenar más...la próxima vez. Que me he acordado mucho de ellos.
Solo. Recta final. Casi oscuro por la que esta cayendo. Reconozco el perfil del hotel cuándo nos desvían por el carril auxiliar.
Meta a 150 m. Lloro otra vez. No se nota porque llueve, pero unos lagrimones me nublan la vista. La ecuación es que como me duele todo, no me duele nada. Me pregunto ¿ahora, con lo que has pasado, te va a dar pena acabar? Pués si.
El agua resbala desde dentro del casco, cayendo por la cara como en la ducha; según el reloj de meta hace 13h 6' que salí de este mismo punto. Me paso la mano por la cara para quitarme el agua. He repetido este gesto cientos de veces hoy. No me fío de las fuerzas y no suelto el manillar para entrar en meta. Levanto la cabeza y grito.
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Apenas 30min después llegaron los koalas con su tandem en una demostración increible de cojones, destreza e ilusión. Que n'aprenguin !!!