una patata cocida cortada en rodajas, un café solo y un polvorón son el bodegón de un desayuno de un domingo a las 7:00. pero no es un domingo cualquiera porque es mi domingo y el de la maratón de barcelona. lo se, no es un desayuno del libro “como preparar tu mejor maratón”. pero es mi maratón y es mi desayuno. y en la tranquilidad de esa hora sabe buenísimo mezclando mordiscos y tragos con la ropa que me voy poniendo para la liturgia de los 42.195kms. nervios, que coño, los tengo...pero ganas, muchas más. respeta la distancia y la maratón se dejará domar, muestra el más mínimo atisbo de menospreciar uno solo de los 42 kilómetros, de subestimar los 195metros y caro lo pagarás. calentando hacia la salida las sensaciones son terribles, nada nuevo. trotas, paras, saludas, meas, saludas, trotas. y de pronto rodeado de mucha gente, muchísima gente. primero todos parados, luego todos corriendo. sabes que mientras se estira el rebaño solo has de hacer una cosa: decidir si vas a arriesgar-un-poco o a ser un robot programado a un ritmo. y en los primeros kilómetros cantos de sirena de tiempos en meta por debajo de la que esperas suenan en tus oidos. suenan fuerte cuando ves que vas cómodo a ritmos 5-8 segundos por debajo del tuyo. no los quieres oir, no los debes oir...pero suenan. yo busco el punto medio y decido mantener un ritmo 3’’/km por debajo del planeado. soy consciente que lo pagaré, pero no se si será en el km30, en el km35 o en el km41. y decido jugar. desde el respeto a la distancia, desde el conocimiento que tengo de mi cuerpo, desde que me pongo por delante de la liebre de 2h45’. y siendo la liebre de la liebre van pasando las largas calles del Eixample, la Meridiana, la Gran Vía, el front Litoral. la línea azul esta borrada en muchas zonas, en otras como recién pintada. lo mismo siento con mis fuerzas a partir del km32 pero...has decidido jugar. lo que no contaba yo era con el calor, no con tanto calor. y cuando subimos por Marina busco la sombra de algún edificio, el aire fresco en algún cruce...pero no encuentro nada. el calor sale de dentro también. y es bajando Via Laietana cuando la bandera de 2h45’ (esta si) me da sombra. y me pasa de largo. como un mal galgo intento darla caza. y en Colón me hace un corte de mangas y se aleja. hemos venido a jugar...subo Paralelo, giro y Sepulveda se me hace eterna. se que al final tengo el mejor equipo de animación que se puede tener. aprieto hasta recibir su último empujón y entrego todo lo que me queda. miro arriba, miro al suelo, cierro los ojos
... 2h45’49’’
game over
El Boss!
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