martes, 16 de julio de 2019

¿que tienes, ehm?

¿qué tienes...? tienes nada.
tienes nada y a la vez lo tienes todo. tienes piel de pollo cuando minutos antes de la salida suena de fondo la txalaparta y tu corazón, a ritmo, golpea fuerte el pecho por dentro. tienes escalofríos por la nuca mientras tus pies se mueven nerviosos intentando copiar el aurresku que bailan bajo el arco de salida. tienes nervios. y tienes un puñado de gente mirándote solo a ti y deseando que todo te vaya bien. y amigos de viaje alrededor. la mirada no se posa en ningún sitio, hasta que encuentras unos ojos tranquilos, medio vidriosos que te transmiten los que necesitas. o al menos lo que buscabas. y tener, tienes nada. pero nada te falta.


corres los primeros metros y te llenas de buenas sensaciones mientras sonríes y piensas en quien piensa en ti. porque después de unas zancadas dejarás de pensar, por instinto de supervivencia, y no tendrás ni pensamientos. pero aún así seguirás teniendo de todo. un bosque, una campa, un pala de hierba o un montón de piedras que marcan un camino, tu camino. una antena a la que subir, un monte lejano al que llegarás de noche. ese par de dos que repetirán en quince de los avituallamientos. quince veces, si. y tienes un vasco, un catalán, un malagueño, un escocés....un alguien que trota al lado. de vez en cuando tienes una conversación más o menos larga que te lleva a otra. o a un silencio. igual que una bajada lleva a una subida. o a otra bajada. tienes sed. tienes hambre. que es como tener nada. tienes el incondicional equipo de voluntarios en cada avituallamiento. tienes compañeros que esperan o a los que frenas. y cuando pasan los kilómetros tienes una noche entera y una luna casi llena para ti. lo tienes todo, ¿no? un frontal - o mejor aún, un reguero de frontales delante tuyo- que marca el camino que lleva hasta el alba. otra subida con su bajada. y un pueblo. tienes hasta una pausa para contar como te va. para escuchar como vas. no dejes de parar.


van pasando los avituallamientos como perlas enganchadas en un collar de 100millas. cada vez más vacío y cada vez con más momentos que llenan. bebes, comes, corres, andas, abrazas, sonríes, sudas, tropiezas, preguntas, respondes.... bailas ¿como que tienes nada?
mírame.
deseando estaba veros.
el camino de meta solo es uno. vosotros seguid ahí que me hacéis invencible. si, ahora lloro...tengo lágrimas pero también tengo más energía para seguir. hasta el final. y cuando vuelva a pasar el día y llegue la noche habremos cubierto juntos todas las etapas. las 100 millas, los 168 kms. y en meta, después de casi 30h juntos y bien vacíos todos por el esfuerzo hecho disfrutaremos de tener nada.
porque lo tendremos todo. ehunmilak, te tenemos.