yo contesté alargando mi brazo y abrazando la lata con los dedos como si fuera un playmobil (incluso corría ya como uno de ellos). el frescor corrió brazo arriba, perdiendo intensidad según se alejaba de la mano. no llegó ni al codo. las fuerzas, como el frío, habían ido perdiendo intensidad a lo largo del día. y a medida que las fuerzas flaqueaban notaba que estaba aprendiendo y me hacía más fuerte mentalmente. os aseguro que lo notaba.
trotando lo poco que quedaba hasta meta, con una gran sonrisa pintada en la cara, paré el crono y me encontré con el resto del equipo. esta vez para abrir juntos unas birras y quedarme con ellos celebrando.
............
abrazado a un sueño compartido espero bajo el arco de salida los minutos que quedan para arrancar. al otro lado de la valla, preparados para lo que haga falta, el equipazo de cinco que dando cobertura haría las delicias de cualquier corredor élite...pero que es MI equipo. por delante no se muy bien que terreno me voy a encontrar. tampoco conozco a nadie de los que me rodean. todo nuevo. todo nervios. mola.
antes de darme cuenta estoy en carrera y delante. tan delante que todos vienen detrás. si, he entrenado mucho y (creo) bien pero...la situación es nueva para mi y se que no es mi sitio. el primer tramo acumula desnivel y a mi me va bien porque en el falso llano soy fuerte. pero después hay bajada y viene el plano. se que allí la carrera me pondrá mi lugar. las liebres pillarán al galgo. no recuerdo haberme girado ni una vez atrás para tener referencias. mi cabeza se empapaba de todo lo que me rodeaba, como cuando metes una magdalena en un colacao. el terreno no era de mi gusto pero en plano los kilómetros pasan rápido. disfrutando de la fugacidad de estar delante. haciendo que la gente se pregunte ¿quien es este? y ¿qué hace aquí? mientras esperen a los de su quiniela. "tranquilos", pienso. dejadme un ratito y os devuelo la cabeza de carrera :-)
mi gente (¡que grande mi gente!) hacían que solo por verlos ya hubiese un motivo para saltar de avituallamiento en avituallamiento lo más rápido posible. culebreando entre fincas de naranjos y urbanizaciones de esas mediterraneas ibamos encarando la llegada al mar. con ligera bajada el paso se acelera, con el paso el pulso, y con el pulso el gasto. empieza a hacer calor y cuando veo el mar y piso la playa aun sigo delante. más de 40kms solo y delante. no estoy arriesgando, de hecho es uno de mis autoreproches habituales. no creo que sea ser valiente, aunque llevo un ritmo algo más alto del que pensaba. llevar al lado la btt de primer clasificado creo que me hace ir medio punto por encima.
pues ya estamos más o menos en el km 60 y los de dos de detrás que ni paran en el avituallamiento. ¿que he de hacer? esta claro: mi carrera, mi objetivo. hidratarme. comer. correr. seguir. busco en los ojos de los cercanos y les robo un poco de energía a cada uno. metro a metro me convierto en cada uno de los que han venido desde barcelona ( y uno de alcoi !) y me animo a mi mismo. el barranco que hay al salir del bar charly es una cabronada pero lo reparto entre todos y toco a menos. el calor machaca y rebota contra las paredes atravesándome sin piedad. pero tampoco me altero cuando, ya en cuarta posición, tengo la sensación de haberme perdido. de estar repitiendo un camino hecho horas antes. aunque reconozco que ahora el colacao se ha enfriado y la magdalena ya no cala tanto. perderse se resuelve cuando lo asumes. y, sobre todo, cuando lo compartes. no te sientes tan imbécil. descosemos camino juntos con mataix y encarrilamos el bueno. podría estar escribiendo horas de todo lo que hervía en mi cabeza el rato que estuve sentado en esa silla antes de salir. pero también lo puedo resumir en una frase: para valer hay que servir.
rehecho y con un falso control de la carrera encaro la última subida a una antena que dicen que hay. que luego hay que bajar. bebo. intento no enemistarme con un terreno que no me agrada pero que se que puede ser mucho menos amable que como esta siendo. busco ese guiño del matojo florecido. esa sombra desdibujada de un arbusto medio pelado. incluso la vista que te ofrece el ganar altura. pero no es mi terreno. sigo aprendiendo.
y cuando empiezo a bajar con la antena ahora a las espaldas veo al fondo Elche. aprieto el ritmo a la vez que intento no castigar unos pies que no se quejan pero sufren. estrujo las ganas de llegar hasta que quedan secas. y cuando encaro las últimas escaleras antes de meta me despierto. y al despertar todo cobra sentido. el calor. el terreno. cada una de las zancadas. los pocos tropezones. las voces de ánimo. las caras de mi gente a lo largo del día. el tiempo en meta. el fresco de una lata de cerveza que corre por la mano antes de parar el crono y abrazar a los que han hecho posible esto. porque abrazado es como mejor puedes llorar de alegría.
Creo, convencido, conociéndote sin conocerte, que hay dos cosas en ti ( sin duda muchas más cosas en ti, desconocidas por mí) que desbordan al más pintado contrincante. Una,los momentos de frialdad en tu mente como esa lata de cerveza. Dos,tu sonrisa en tu trote.¿ Algún contrincante sonriente en 100kms a la redonda?. Enhorabuena.
ResponderEliminar