hace años el experimento trencacims en el laboratorio de paüls fue un éxito. la combinación de elementos en el matraz del fin de semana coloreó de felicidad un sábado y un domingo que de otra forma habrían sido grises. las personas que allí encontré catalizaban reacciones en cadena de amistad y buen rollo. a cualquier ritmo, temperatura, humedad o en cualquier condición de luminosidad. luz artificial, luz natural...y un poco de monte.
y cuando, a la vuelta de unos años consigues la excelencia de tu experimento, vuelves rodeado de tu gente, de aquellos que solo te han oido hablar (muchas veces y mucho rato...eso si) de aquel lugar donde hay mucha química, física...y un poco de monte. y se te llena el pecho de algo que es todo bueno. por la gente con la que vas, por la gente con la que te encuentras, por la mezcla de ambas.
esto...esto ha pasado en paüls, esto ha pasado en trencacims.
vuelves allí y te muestras como eres, como sientes, simplemente te dejas llevar. vuelves y compartes con ellos todo lo que has ido consiguiendo trasegando líquidos en avituallamientos, triturando sueños en el mortero de collados o tamizando conversaciones en picos y crestas. vuelves y los llevas contigo. durante horas, durante kilómetros, durante miradas desencajadas y sonrisas complices. durante...un poco de monte !
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