no ibamos mal pero me he parado en medio de una subida.
justo lo que digo que siempre hay que evitar. “busca un ritmo uniforme que abajo te resulte cómodo, la mayor parte de la subida ajustadito y te cueste mantener los últimos metros”. no es fàcil pero se aprende: unas veces llegando sobrado arriba y otras no hay tutía de mantenerlo y has de aflojar.
pero esta vez he parado.
la cabeza centrifuga. va y vuelve. no tiene cintas que seguir y descose pensamientos y lógicas que no llevan a conclusión alguna. prueba por otro lado y se vuelve a enrriscar. sonrío sorprendido por la libertad con la que analiza, construye o desmonta. ¿y si no encuentras el camino porque has salido del sitio equivocado? reconozco que es un tema que me ocupa más tiempo del necesario. y eso que tu forma de hacerme pensar y verlo me da una luz que yo solo no he sabido encontrar. sabes que es un tema que me preocupa manejar bien. sabes de mis carencias y mis puntos fuertes. y oirte es aire fresco entrando por una ventana en medio de la ola de calor.
me vuelvo a poner en marcha.
yo entremezclaba todo y cruzaba rutas paralelas que solo se habían de tocar en ciertos puntos. coincidiendo pero volviendo a su sitio tras el contacto. tras esta parada noto que algo ha cambiado y que la rampa es menos exigente. he mirado hacia abajo y creo que la trazada ha sido la correcta. la mejor posible con algún pequeño despiste por exceso de confianza. ahora se trata de llegar arriba con todo en su sitio. y que la parada no programada refuerce el tejido del que estoy hecho. que lo haga más resistente. o más impermeable. porque si al llegar arriba no tienes la sensación de tener controlado el tema, ¿quién se va a tirar cuesta abajo con la confianza plena de que no caerás?
yo no, desde luego.
como tu dices, son cosas distintas y se han de manejar por separado. que razón tienes.
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