yo lo uso.
poco pero convencido.
y totalmente consciente de que a medida que acumulo arrugas, cicatrices o cervezas el siempre serà màs breve. màs corto. durarà menos. pero no por ello màs sencillo ni menos valioso...
crece desde dentro y a medida que se acerca la meta (una meta que no sabemos donde està pero a la que inexorablemente nos acercamos cada día) vamos dàndole forma. y es la propia experiencia almacenada con el paso del tiempo la que hace que la intensidad de mi siempre vaya in crescendo. y me siento muy agusto parapetado detràs de èl. reforzando y empujando hacia delante un siempre que adorna una frase, un sentimiento, una actitud...un deseo incluso.
si, si, siempre. prueba a escribirlo en una nota, a dibujarlo en un papel y decorar un rincòn como otra forma de hacerlo visible. ademàs de la palabra. y, por supuesto, de los hechos.
comparte. no te lo quedes. compremetete. no tengas miedo. crèetelo. y dale forma minuto a minuto, kilòmetro a kilòmetro o palabra a palabra. regala un siempre consciente de lo importante que es hacerlo, asumiendo lo que implica. y si quieres uno...no lo pidas. gànatelo.
en la vida necesitamos tener algùn siempre. necesitamos llenarnos la boca con èl. disfrutar de darle forma, de pelearle cuando flaquee para coja de nuevo fuerza. de celebrarle cuando estè en su mejor momento. de compartirle con aquellos que siempre nos apoyaron al oirlo. y tambièn con los que no apostaron por verle crecer.
que nunca, nunca, nunca nos falte un siempre.
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