miércoles, 13 de enero de 2016

el dormilón

Yo ya no sueño. Pero, si a duras penas duermo...
Dormir es el último de los grandes lujos. Preguntad por ahí.
Tumbado en la cama proyectas en el techo mil historias diferentes. Juegas a cerrar los ojos para que el cansancio te venza y te arrastre a un estado de letargo infinto. Te tapas y en la cueva de las sábanas blancas donde te sientes agusto, de pronto te agobias. Das vueltas buscando una posición imposible en la que dormirte sea fácil. Te levantas. Paseas por el salón, a oscuras, e incluso pones la tele o, enciendes una luz tenue y lees un libro. Escribes. Sacas una libreta y un boli...y escribes. Escribes mientras ella duerme.
Vuelves a la cama y subes la persiana. Estirado encima del edredón lanzas la mirada al fondo del cuadro tras el marco que forma la ventana. Muchas luces de colores. Entornas los ojos y ves que se van poniendo borrosas. Párpados cerrados. Casí KO.
Un nuevo pensamiento te saca, arrastrando por un tobillo, de lo que iba a acabar en dormirte.
Hubo un tiempo en que eras un dormilón. Sentado en la cama intentabas mantener la posición vertical pero caías hacia el lado de la almohada, fundido por el cansancio, y hasta el día siguiente. Hubo un tiempo en que eras un dormilón que no tenías límite ni en el lugar donde hacerlo, ni en las horas, Hubo un tiempo donde ni la necesidad o ausencia de compañía lastraban unas horas de descanso recuperador. Hubo un tiempo en que preguntabas por la mañana ¿qué tal has dormido? Un tiempo en que casi siempre contestabas lo mismo si alguien te lo preguntaba a la mañana siguiente. En saco. En sofá. En cama. En un coche. En el suelo. Hubo un tiempo en el que, abrazado a un deseo, pasabas la noche con una sonrisa. Velado por la luna.  O soñando.
Pero yo ya no sueño. Como voy a soñar si a duras penas duermo

para ti

2 comentarios:

  1. "Que las noches con sus lunas y las lunas con sus huesos nos secuestren a los dos. Que las lluvias y los soles y las hojas en el suelo nos encuentren a los dos. Que los años y el presente nos sorprendan a los dos.

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