el camino esta bajo tus pies. a veces solo es tierra y polvo, otras veces duras piedras o incluso charcos que al secarse dejarán barrizales. puedes saltar sobre él. cerrar los ojos un rato. ponerte en cuclillas y apoyar tus dedos. puedes golpearle fuerte, insultarle, ignorarle...no se irá.
el camino también está detrás tuyo. recorrido ya. sufrido y disfrutado. vivido. compartido a ratos. en soledad a veces. todo lo que dejas a tus espaldas pesa más cada día. no cargues con todo. recuerda aquello que quieres ser. las cunetas están llenas de lastre que, en gran medida, nosotros decidimos soltar.
¿cuántos cruces has dejado atrás para llegar donde estas ahora? en algunos has pasado tan rápido que ni siquiera viste que había otras opciones. en otros paraste durante bastante tiempo con dudas de por donde seguir. diría que alguna que otra vez intestaste volver atrás para cambiar de elección. ¿recuerdas aquella rotonda en la que estuviste dando vueltas antes de elegir una de las salidas?
recuerdo que una vez soñé algo como lo que escribo. llegaba a un cruce. paraba. elegía el camino por el que seguir y....corría hasta el siguiente cruce. si el camino se hacía largo dudaba que hubiera elegido bien. pero cuando estaba frente a dos o tres nuevas opciones la ansiedad se adueñaba de mi al tener que elegir. ¿por qué has corrido tanto cuando el camino era claro? ¿no podrías haber retrasado este momento de angustia que provoca tener que escoger? da la sensación que funcionamos al revés. cuando estamos bien, seguros y confiados apretamos para ponernos en situación incomoda. y cuando estamos en situación incómoda añoramos el camino claro elegido.
podría ser también que esto que escribo no tenga ni pies ni cabeza.
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