Es acojonante correr asfixiado junto a alguien que trota dando charleta y riendo. Es impresionante la facilidad con la que te pueden soltar de rueda algunos cuándo quieren, o lo que es peor, sin querer. Es muy sano ver como al campeón de mi barrio -yo- solo le queda la opción a la última posición cuando pasa al barrio de al lado. Es una lección a aprender ver que no eres más que alguien que corre más o menos en función de con quien lo hagas. Es un motivo de ilusión ver toooodo lo que te queda por mejorar. Es un chute de adrenalina que te griten desde arriba cuándo te arrastras pero solo quedas tú por llegar. Es genial tener amigos con quien compartir estos momentos. En aquel momento fueron ellos, ahora son otros. Que no falte nadie con quien entrenar cuándo no quiera hacerlo solo. Siempre aprendiendo...
Yo, Antonio Alix, Pedro J. Gracia, Fabián Roncero y Pablo Vega
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